Este mes del amor, anímate a leer "Cartas a Clara", de Juan Rulfo

“Desde que te conozco, hay un eco en cada rama que repite tu nombre; en las ramas altas, lejanas, en las ramas que están junto a nosotros, se oye. Se oye como si despertáramos de un sueño en el alba. Se respira en las hojas, se mueve como se mueven las gotas del agua.

Clara, corazón, rosa, amor…”

El amor de Juan Rulfo por Clara Aparicio comenzó en 1941 en Guadalajara, cuando ella solo tenía 13 años. Por fin, en 1944, luego de hablarle y conocerla le propone matrimonio. Clara tenía entonces 15 años y Juan 26; ella le pide que esperen 3 años y él acepta, pero sus constantes viajes a la capital mexicana lo obligan a mantener el contacto solo por carta. Entre 1944 y 1950 le escribe 84 misivas.

“Estuve leyendo hace un rato a un tipo que se llama Walt Whitman y encontré una cosa que dice: El que camina un minuto sin amor, camina amortajado hacia su propio funeral. Y eso me hizo recordar que yo siempre anduve paseando mi amor por todas partes, hasta que te encontré a ti y te lo di enteramente”.

“Cartas a Clara” no es una simple colección de textos de amor de Juan Rulfo, sino la narración de su propia vida, de sus sentimientos, temores y aspiraciones en la época posterior a la Revolución Mexicana. Incluye algunos de sus encuentros con gente famosa y sus progresos en la escritura.

En agosto de 1946 le platica que estuvo en una fiesta en la casa de la pintora María Izquierdo –de quien por ciento dice que era muy fea–, y de haber conocido a “un gran montón de poetas y pintores y escultores y artistas y ‘coleros’ como yo”. En otra parte de la misiva indica: “También conocí a Enrique González Martínez, el autor de Tuércele el cuello al cisne, y a José Gorostiza, el mejor poeta de México. A Rosaura Revueltas que está loca de querer tanto a su marido que se le fue de su casa y al que todavía anda buscando”. (Carta IX)

Y también por las cartas conocemos la manera en la que se ganaba la vida.

En 1947 escribe a clara: “Ellos no pueden ver el cielo. Viven sumidos en la sombra, hecha más oscura por el humo. Viven ennegrecidos durante ocho horas, por el día o por la noche, constantemente, como si no existiera el sol ni nubes en el cielo para que ellos las vean, ni aire limpio para que ellos lo sientan. Siempre así e incansablemente, como si solo hasta el día de su muerte pensaran descansar”. (Carta XII)

 Juan Rulfo describe así a los obreros bajo su cargo en la fábrica Euzkadi, para la que trabaja incluso después de casado y con su primera hija. Este empleo lo lleva a pasar mucho tiempo fuera de la capital y a dejar solas a las dos mujeres de su vida. La distancia le duele.

 “Aquí solamente hay niebla, mucha oscuridad y niebla revuelta con lluvia… por las noches deja de llover agua pero siguen lloviendo recuerdos dentro del corazón de uno… A veces pienso que el diablo es más benigno que los hombres porque al menos sabemos que todo lo que puede ser bueno lo quita, pero los hombres creyendo que están dando algo, aparentando estar dando algo, nos quitan lo mejor que tenemos. Eso pasa con los señores de la Euzkadi, creen que el pan y la leche que comemos valen más, mucho más caro que la pobre tranquilidad que estamos necesitando, y sobre esto están exigiendo más cada día, como si uno les perteneciera por entero, como si uno fuera la masa con que amasan sus negocios”. (Carta LXXV)

 Juan Rulfo nace un 16 de mayo de 1917 en Apulco, Jalisco, pero viaja con frecuencia a la capital mexicana en donde tiene familiares; finalmente se establece de manera definitiva en esa ciudad durante el gobierno de Miguel Alemán (1946-1952), época postrevolucionaria conocida por la consolidación de la burguesía en el poder. En el prólogo leemos: “Los espacios urbanos hacen visible una toma del poder que excluirá a los hijos ya transculturados, ya urbanizados, de los viejos inmigrantes de raíz rulfiana”. 

 Esta es la vida que tuvo juan Rulfo y que inspiro sus cuentos y novelas: En el prólogo leemos: “…la materia cruda de la vida es el impulso inicial para transformaciones verbales y anímicas que alguna vez emergen convertidas en acontecimientos literarios..”

Ya en 1947, unos meses antes de casarse Juan Rulfo escribe cuentos que le son publicados en algunas revistas y periódicos: “Acaba de salir un cuento de este tu muchacho en la revista América: “Es que somos muy pobres”, así se llama; pero no te lo mando porque está algo coloradito. Parece que lo van a publicar en el “Novedades” próximamente”. (Carta XXXIV)

Juan Rulfo escribe Pedro Páramo en 1959, pero como hemos podido ver, sus cartas son un preámbulo de sus obras: “La vida es corta y pasamos mucho tiempo enterrados”, le dice Rulfo a su amada en febrero de 1947. (Carta XII).  “La intensidad de su conciencia del tiempo será una de las claves de la concepción de Pedro Páramo. Cuando Dorotea le dice a Juan Preciado: “Haz por pensar en cosas agradables porque vamos a estar mucho tiempo enterrados”. (Cita del prólogo)

Aunque algunos trabajos de Rulfo fueron influenciados por experiencias urbanas, en sus grandes obras de la literatura se imponen sus raíces, recuerdos y leyendas de la infancia, la pobreza y el hambre consecuencia del abandono del campo para dar paso a Comala y San Miguel del Milagro; a Pedro Páramo, Juan Preciado, Dionisio Pinzón o Melitón.

La viuda de Rulfo conservó las misivas durante casi medio siglo, hasta que decidió que era hora de publicarlas y fueron editadas en el libro Aire de las colinas. Cartas a Clara (Plaza & Janés, 2000). "Yo era muy chamaca cuando me las escribió; tendría 15 o 16 años. Mi madre me las pedía y las leía ella primero. Después me las daba y yo me sentía transportada por todo lo que Juan me decía. Me gustó su humor, su forma de tratarme. Y cada vez que las he vuelto a leer, se me salen las lágrimas", narró Clara Aparicio en una entrevista con el periódico La Jornada el 25 de mayo de 2000.      

Clara y Juan Rulfo permanecieron juntos hasta la muerte del escritor en la Ciudad de México el 7 de enero de 1986. Clara Angelina Aparicio Reyes se mantuvo cerca de sus cuatro hijos y nietos; le gustaba la horticultura y siempre estuvo activa al frente de la Fundación Juan Rulfo. Murió en octubre de 2023 a los 95 años.

En 2024, la Editorial RM de Barcelona, en colaboración con la Fundación Juan Rulfo de México, lanzó una nueva edición de Cartas a Clara, con prólogo, edición y notas de Alberto Vital. El libro contiene copias de algunas de estas cartas, fotografías de Juan Rulfo de niño, adolescente, adulto; Clara con sus hermanas y su hija, paisajes de la época, etc. 

La edición de RM, excelente por su contenido y calidad editorial, ya está disponible en nuestro catálogo.